Estas son las verduras que puedes sembrar en enero-febrero
Cuando el año comienza tenemos nuevos y excelentes propósitos como es la siembra de hortalizas y plantas culinarias.
Ya estamos deseosos de que entre la primavera para empezar a disfrutar más a fondo del huerto de casa. Pero mientras esperamos a esta maravillosa estación, tenemos que empezar a pensar las hortalizas que sembraremos en nuestro huerto.
Solemos creer que el comienzo del año no es el momento más adecuado para sembrar nada. Sin embargo, el calendario del huerto de enero es mucho más amplio de lo que a priori se suele pensar.
En febrero, algunos huertos resultan impracticables debido a la nieve o las heladas, mientras que en otros es posible seguir sembrando y trasplantando un buen número de hortalizas. Cada caso según la localización en la que estemos actuaremos de una forma u otra. Y es que, a pesar del frío, hay un buen número de hortalizas que plantar en enero/febrero y que corresponden a esa familia de cultivos denominados de invierno. Eso sí, no quita que tomemos ciertas precauciones para evitar que el frío del invierno no nos juegue una mala pasada.
Hay que diferenciar entre
- Siembra al aire libre: diseminar las semillas directamente en el suelo de tu jardín al aire libre: apio, canónigos, lechuga, rúcula, escarola, col de repollo, kale de Rusia, berza, acelgas o remolacha roja. ajo, rabanitos, canónigos, espinacas, zanahorias precoces y patatas en zonas cálidas, y habas en zonas frías.
- Siembra en semillero: se realiza en semilleros o viveros y posteriormente las plántulas jóvenes son trasplantadas a su terreno de asiento definitivo: cebolla, fresas, lechuga, puerro, rúcula, acelga, apio, col, brócoli y coliflor de primavera.
- Siembra en semillero calefactado o semillero en interior: nos permiten mantener una temperatura idónea para la germinación y crecimiento de las plántulas, sobre todo durante la noche: puerro, cebolla, tomate, pimiento, calabacín, pepino, berenjena.
No necesita un suelo excesivamente rico para crecer. Tan solo una profundidad de plantado de las semillas de entre uno y dos centímetros, y un grado de humedad constante en el sustrato. Es un cultivo ideal para asociar con otros del calendario del huerto en enero.
Con el frío invernal procuraremos ir arrancando o cosechando las plantas sensibles al frío que aún queden en el huerto
Si nuestro huerto está en zonas muy frías (con riesgos de heladas) conviene que dispongamos de algunas mallas térmicas para cubrir por las noches los cultivos que puedan permanecer en la tierra todo el invierno, evitando así que les afecten esas bajísimas temperaturas.
Un túnel plástico o un pequeño invernadero nos permitirán seguir cosechando algunas hortalizas menos tolerantes al frío.
El frío invernal ralentiza y bloquea la actividad a los microorganismos del suelo encargados del desdoblado de nutrientes y de la generación de sustancias lio estimulantes (esenciales para un el buen desarrollo de las plantas), pero cuando el sol primaveral empiece a calentar la tierra, conviene que la miríada de bacterias, micorrizas y microorganismos del suelo dispongan de abundante alimento y materia orgánica en descomposición para realizar su activa labor, con la cual desdoblará los nutrientes y alimentara abundantemente a las plantas cultivadas.
Pero no tenemos que esperar a que llegue al calor para aportar estos nutrientes a los microorganismos del suelo, es mejor aprovechar esta época invernal para esparcir abundante estiércol descompuesto o un buen compost alrededor de los árboles y en las tierras en las que tenemos pensado sembrar o plantar los cultivos de primavera y verano.